Aunque me esfuerzo en ser una buena persona, nunca he tenido del todo claro qué significa eso exactamente, y tampoco creo que sea posible llevarlo a cabo.
Siempre hay momentos en los que uno renuncia (por pereza o por necesidad) a hacer las cosas todo lo bien que sabe o puede, a tratar a los demás como le gustaría que lo tratasen, a cosechar un buen recuerdo de uno mismo.