Perplejidad

La emoción que más frecuento es la perplejidad. La vida es tan compleja, tan hermosa y tan terrible al mismo tiempo, y sobre todo tan breve, que me roba toda capacidad de reacción. Tan solo puedo contemplar y asombrarme en silencio, pensar en todo lo que pudo ser (el pasado es un espejo turbio) y en lo que será y no será (el futuro es una promesa que nunca se cumple).

Nadie podrá nunca ver con mis ojos ni sentir con mi pecho todo lo que he sentido. Nadie podrá nunca ocupar el lugar desde el que he presenciado tantas maravillas, tantas desgracias y tanta inmensidad. Me iré con todo esto que se me va cayendo de las manos y que no puede guardarse en ninguna parte.