Qué curioso que seamos una mezcolanza de elementos químicos, electricidad y poco más (y nada menos), y sin embargo sea tan fácil sentir en nuestro interior los ecos de la eternidad y creernos inmarcesibles.
Escritor, supongo
Qué curioso que seamos una mezcolanza de elementos químicos, electricidad y poco más (y nada menos), y sin embargo sea tan fácil sentir en nuestro interior los ecos de la eternidad y creernos inmarcesibles.