Las novelas y el cine nos han regalado grandes momentos, pero también nos han hecho creer en una mentira terrible, y es que las historias siempre se completan. Vemos nuestra vida como una de esas historias, y tendemos a pensar que se completará. Pero no tiene por qué ser así. Lo más probable es que nuestra vida termine de manera abrupta, con papeles sin ordenar sobre la mesa, con la cuchara sobre una sopa que se está enfriando, palabras a medio decir, esos viajes que nunca hicimos.