Estas palabras podría haberlas dicho cualquiera, pero las he dicho yo. Es posible que el orden y los términos escogidos por mí en esta ocasión dependan, en parte, de la tradición que me determina, y en parte, de mi propia identidad. Hay, por tanto, una pequeña parte de mí en estas palabras que me identifican. Se podría decir que algunos fragmentos de mí viven en ellas. Como es posible, a partir de la impresión de una llave en un molde, reconstruir esa llave, o a partir de la sombra de una estaca fue posible calcular el radio de la Tierra, podría llegar un tiempo en que fuera posible rescatar a una persona a partir de sus palabras, y si no devolverlo a la vida con todos sus rasgos y sus peculiaridades, sí, al menos, poder conversar con ella.
Aquí estoy, esperando.