Despertó de la siesta algo azorado. Su novia sostenía un gato que nunca habían tenido como si llevara con ellos toda la vida. Le habló de quedar con alguien a quien no conocía en una casa de campo que no llegaron a comprar. Supo que había cambiado de dimensión mientras dormía, que ya no podría regresar, y eso no lo atemorizó tanto como la idea de todos los otros cambios que le deparaban.
Microrrelato incluido en Lapso.