Fobias y filias políticas aparte, hoy quiero recordar que lo importante es aquello que nos une, y no lo que nos separa.
Todavía hoy, después de casi 30 años, me sigo emocionando con este momento glorioso y lleno de sensaciones positivas.
Conozco a catalanes con un corazón enorme, y sé que aquella tierra está llena de buena gente. Incluso aunque pensemos diferente, seguimos teniendo vínculos muy poderosos.
No dejemos que nos separen. Rechacemos los mensajes de odio y discordia.