Ayer se descubrió preguntándole a su hijo: «A veces olvido cosas, ¿verdad?» Así es desde que mamá se fue. Uno a uno, les ha escrito una carta para dar una fiesta. Hijos, nietos, amigos, pasan el día con él viendo álbumes de fotos, riendo anécdotas felices. Es una despedida tácita: quizá mañana los mire sin volver a verlos.
Microrrelato incluido en Lapso.