Llevas toda la mañana esperando en la cola de Hacienda. Saltan números aleatorios. Todos menos el tuyo. En la espera te duermes y tienes sueños plácidos en lugares remotos y paradisíacos. De golpe un zumbido. Abres los ojos y estás solo. El ordenanza te indica la salida. Tu número parpadea, burlándose, en el monitor aséptico.
Microrrelato incluido en Lapso.