Ella te volverá a mirar,
tal vez.
Y te hará sentir pequeño
de nuevo.
Y soñarás que hubo
una historia,
que el incendio
era mutuo,
que fuiste capaz
de volcarte entero
encima del tablero
sin pensar en el rechazo
ni cuidar de ese orgullo
que, de todas formas,
ha acabado malherido.