A Óscar, Ara y Driss
Ciertas reuniones
no se hacen en un lugar,
sino en un momento
o en una sucesión
de momentos salteados.
Uno va recordando,
otro añade una circunstancia,
y entre todos reinventamos
aquella memoria colectiva.
Creemos ser inmunes
a estos viajes en el tiempo.
Pero siempre, sin excepción,
se quedan con algo nuestro.
Una carcajada, una mueca,
la muletilla gastada y frágil
que nos sigue pareciendo
ingeniosa y válida.
Volvemos a esos pasados
para contemplarnos
un poquito, como personas
imperfectas pero llenas
de incertidumbres,
como seres indefensos
que cargan con sus miedos
ocultos en la espalda.