¡Hasta luego, Lucas!

A Chiquito de la Calzada, por haber rejuvenecido nuestra lengua.

Esto es ese fistro pecador que entra en un restaurante de gente muy fina. El jefe de sala se acerca y le pregunta:

—¿Tenía usted reserva?

—¡Norl, norl, norl! —le responde el bambino.

—Entonces se tiene usted que marchar.

—No puedorrr.

—¿Por qué no?

—Porque si me voy ahora, ¿quién va a terminar este chiste?

Chiquito de la Calzada | emartos.es